Llevaba tiempo queriendo escribir este articulo pero nunca encontraba las ganas para hacerlo. Y es que tres años después de comprar el libro, de engancharme y de desengancharme más veces que del tabaco, conseguí acabarlo hace un par de meses.
Criticar un clásico de la literatura universal va a ser faena difícil por lo que no voy a hacer un análisis exhaustivo de toda la obra. Simplemente diré, desde mi punto de vista, lo que me gustó y lo que no.
Para los amantes (como yo) de H.P. Lovecraft y Edgar Alan Poe vamos a encontrar en este libro una historia fantástica, muy bien desarrollada y llena de un suspense que va incrementando conforme vas leyendo. Si además situamos esta historia en el Londres victoriano del siglo XIX tenemos la combinación perfecta. Perfecta para retratar de forma clarísima y contundente el proceso de corrupción del alma de un joven ingenuo. El lector llegará incluso a sentir los golpes de los vicios, la vanidad, la maldad y la hipocresía que sufre el alma de Dorian. La decadente evolución de este, se palpa en cada pagina hasta llegar al final del libro.
Lo mejor, indudablemente, cuando el protagonismo recae sobre Lord Henry Wotton, el personaje más cínico, inmoral y también el más integro de la novela. Sus discursos atrapan y fascinan tanto que logran corromper el alma de Dorian hasta limites insospechados.
Lo peor, a pesar de que Wilde describe de una forma natural y elegante el fondo victoriano inglés y los diálogos inteligentes, llenos de frivolidades y criticas a la aristocracia inglesa, son otro punto a favor. A menudo, su prosa se pierde entre pomposidades por la exagerada minuciosidad con la que todo es descrito. Demasiadas reseñas de libros y obras de arte que hacen que uno acabe perdiendo el hilo argumental.
El Retrato de Dorian Gray es, sin duda, un clásico, una joya, que ningún amante de la lectura dejara abandonado en la estantería de libros polvorientos. De Oscar Wilde también recomiendo leer, aunque sea totalmente diferente y difícil de comparar, El Fantasma de Canterville. Una novela (más bien un cuento) mucho más corta, más fácil de leer y más divertida e irónica.