Ya sé que siempre he despotricado contra esta carretera: que si esta llena de camiones, que si esta llena de prostitutas, que si siempre hay atascos, que si es muy lenta...
Me quejo, más que nada, porque en ella pierdo cada día una hora y media de mi vida. Un tiempo que podría aprovechar, tanto en casa como en la oficina, pero que últimamente estoy empezando a apreciar.
Por la mañana los los tres cuartos de hora de trayecto Blanes-Girona me preparan para un largo día encerrado en la oficina, me gusta escuchar Anda Ya porque me puedo pasarme todo el viaje riendo, una vez en Girona, y a lo largo de todo el día, me es más difícil sonreír por algo.
Luego por la tarde, esos tres cuartos de hora se convierten en el mi momento autista, solo en el coche, contemplando el paisaje que de vez en cuando regala postales como las de hoy, (mira más abajo). No necesito nada más que un disco de cualquier tipo de música para relajarme y poder llegar a casa con ganas de seguir trabajando y hacer los deberes de inglés o de la Uni.
Hoy, para variar, la N-II estaba igual de congestionada que mi nariz en primavera, pero en lugar de tirarme de los pelos y acordarme de la madre del camionero de delante (pobrecilla, y eso que nunca tiene la culpa) como hago siempre, me puesto a hacer fotos al paisaje.
Sí, ya lo sé, muy irresponsable por mi parte ponerse a hacer fotos mientras conduzco, pero es que yo no tengo la habilidad de parar el tiempo para "inmortalizar la belleza" como hace el protagonista de Cashback.
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